Amor, me he
depilado. Empecé como empiezan las depilaciones en las noches de verano:
un juego de tijeras y una rasuradora que termina con la piel llena de granos
infectados, vellos en el suelo y una erección cuya naturaleza no comprendo mientras me miro al espejo.
A la distancia, en la tierra dónde la brisa es fresca y los ríos tibios,
debes estar tan perfecta, con tu tersa piel y
tus ojos claros, mientras yo solo me quedo con esta picazón en las nalgas, en
los testículos, en la base del escroto y en el alma.
Me voy a depilar
eternamente para no olvidarte, las axilas, el pene, las piernas y el ano. Voy a
recordar en mi sarpullido cuan distintos somos y cuanto te extraño.
No me vayas a
olvidar, no vayas a engañarme amor mío.
Hace meses dejé
de depilarme y el sarpullido persiste, la irritación de los granos rojos y tu
ausencia me doblegan cada noche. Le pido a Dios y a ti, que esto no sea herpes.
Siempre tuyo.
Lic. Alfonso Barragán
Cnel. De Estado
Mayor
Dios, Patria y Libertad.
Loja, Ecuador.
Dios, Patria y Libertad.
Loja, Ecuador.
Casos como estos solo plantean muchas preguntas recurrentes, ¿cuán profundas y degradantes son las relaciones amorosas? ¿Hasta cuando la victimización por parte de los hombres cuando a una ya no le dan ganas de seguir oliendo las mismas camisas de sudor agrio?, cuando a una ya le da asco el pelo en el jabón y los vellos sobresalientes de la nariz que se asoman como cuchillos de fealdad.
ResponderExcluirBasta varones míos, es momento de dejar a un lado la melosería, ponerse crema en el sarpullido y elevar el autoestima.
Juan Inés de la Cruz
Recursos Humanos
Industrias Lacteas Toni